viernes, 18 de septiembre de 2009

SARA

Desgraciadamente un día de julio amaneció dormida,
recuerdo que mi viejo me abrazo y le patee las canillas...
Cómo se atreve a decir que mi abuela había muerto,
ella es una caricia siempre cercana y su recuerdo me da calor en los días fríos y pesarosos.
Es bello despertar sólo para dormir de nuevo y
seguir soñando y llenarse de espacio, de amplitud,
planear por sobre el valle, con la ligereza de una pluma,
contemplar los techos de las casas con los juguetes de los niños
lanzados en el tiempo, cubiertos de polvo, lluvia y de olvido.
El canto de un gallo invitando a una siesta y tú?
tú siempre de mi mano... Aunque digan que te fuiste.

1 comentario:

M B dijo...

Eres muy observadora, al mismo tiempo reflejas en lineas lo que sientes aunque sea por este medio frio y vacio. Aun asi puedo sentir lo que estar viviendo en momentos.