Ay lo que un día se te figura claro
Luego al otro ya no lo es tanto
Y tus pasos seguros trocan en tediosa oscuridad
Quisiera hundirme en la certeza de los árboles
Allí donde su follaje se confunde con las aguas del estero
Fluyendo siempre ascendentes, puras, vigorosas y translúcidas
Como la lluvia en primavera
Como el llanto de los niños al nacer
Como la pereza que me entra al levantar
Quiero temerle al color de los sueños
Y no a los hombres que cruzan mi camino
Quiero golpear la muerte
Y no golpear a los que se dejan morir.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
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