jueves, 27 de agosto de 2009

DELIRIO

Anoche soñé contigo,
Me esperabas atrás,
En los húmedos requeríos
Repletos de olvido, de oscuridad, de ausencia ...
Sentía mis pasos erráticos Acercándose decididos hacia ti
Tu mirada nerviosa sobre mí
Ponía mi cuerpo pesado y torpe
Tanto tiempo alejados por esa barrera indisoluble
que forman los años, la rabia, el dolor,
En tu mundo siempre apartado del mío,
en la breve distancia que hay desde tu casa hasta la mía.
Hoy sin embargo ha sido ese propio tiempo y su erosión infranqueable el que termino por derribarla
Admito sin ambages que abrí los ojos sólo para verte besarme una vez más.
El olor del mar,El sonido amenazante de las olas irrumpiendo con ira muy cerca nuestro,
Dos volcanes humeando en nuestras bocas
Dibujando senderos de aliento cálidos uno frente al otro
Los musgos adheridos a las rocas
Haciendo resbalar mis manos
Que en vano procuraban resistir tu vehemencia.
Las mentes aun adormecidas se sobresaltan repentinamente
Con el lapidario timbre del metro que recuerda
A los viajeros la estación Terminal,
Aunque yo con sin igual arrogancia permanezco sentada un poco más,
Disfrutando el calorcillo humano, casi promiscuo que encierra el vagón. Intento reconstituir mi sueño, pero de pronto la muchedumbre se vuelve a renovar
Y mi mente se ocupa y vitrinea pensamientos instantáneos,
Como el lindo bolso de la weona que se sentó al frente
O los profundos surcos del tiempo en la piel
De un viejo hediondo y torpe que provoca mas rechazo que la porcina
Y bueno ya la playa y tú están demasiado lejos,
Además pensarte es pan de cada día,
bien puedo postergarlo por un instante de relativa lucidez.
Ay la vida tengo flojera hasta de seguir soñándote.

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